PRIMERA PARTE: ¿QUÉ SON LOS SUEÑOS?
Recuerdo que pocos días antes de
incorporarme al IES Príncipe de Asturias, acudí a su página Web para
hacerme una idea de cómo era mi nuevo centro, y dos cosas me llamaron la
atención positivamente: su biblioteca, y un artículo de una alumna de
bachillerato sobre los sueños. Lo cierto es que no estaba de acuerdo con
esta antigua alumna, autora de dicho artículo, aunque sí había hecho
algunas reflexiones interesantes.
Han pasado ya casi cuatro
años desde aquellos días, y para mi desdicha, Alberto, profesor de CCNN,
se ha propuesto sacar algo de agua de este profundo y descuidado pozo,
tomando como herramientas su persistencia y simpatía, artilugios que
vencen mi intensa resistencia al esfuerzo, y lo que fue una buena
intención, toma forma con este pequeño artículo que espero os sea de
utilidad y despierte vuestro interés, tal como alguno de vuestros
compañeros me lo ha manifestado.
¿Y qué son los sueños?. Habréis
tenido ya muchos sueños, a pesar de vuestra tierna edad, y es que los
sueños nos son tan familiares como desconocidos. ¿Cuántas veces habréis
repetido: “tuve un sueño de lo más raro hace unos días…” y por mucho que
penséis en él no sabéis qué significa?.
Pero lo más curioso es que muchos
adultos, incluso expertos científicos, tampoco los entienden, lo que
debemos deducir que su comprensión no es sencilla. La intención de este
artículo no es que os hagáis unos expertos en el tema, sino más bien
aproximaros al mundo de los sueños y así enriquezcáis vuestra
personalidad, sin caer en supersticiones, oscurantismos y divagaciones,
que sirven para aprovecharse a unos pocos de los ingenuos, ya que la
literatura sobre los sueños es extensa y disparatada.
Si consultáis en Diccionario de la Real Academia,
observaréis que sueño, del latín somnus, es el “acto de dormir”, así
que cuando soñamos, dormimos. Así mismo indica el D.R.A. que sueño es el
“acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme,
sucesos o imágenes” y también: “estos mismos sucesos o imágenes que se representan.”
Además el D.R.A. añade que es “cosa que carece de realidad o
fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad
de realizarse”, por la separación entre sueño y realidad, ya que los
sueños no tienen generalmente consecuencias sobre ésta.
Existen otras acepciones y expresiones que están relacionadas con el sueño como el sueño eterno
o muerte, que no es otra cosa que la “cesación de la vida”, aunque
particularmente la que más me gusta, algo que no es un secreto para
muchos de vosotros, es echar un sueño o “dormir breve rato”.
Dormimos y descansamos pero si no
dormimos no descansamos bien, ya que cuando dormimos el cerebro hace un
trabajo distinto que cuando estamos despiertos; además es necesario para
organizar la memoria, pero todavía desconocemos muchas cosas que
suceden en el cerebro mientras dormimos.
¿Dormir?… ¡qué perdida de tiempo! era
uno de mis razonamientos cuando tenía vuestra edad, majadería que
después de muchos años te hace comprender lo fácil que es cometer un
error con consecuencias graves para la salud. Saliéndome un poco de
tema os doy un consejo poco comprometido para todos, especialmente si
queréis ser buenos estudiantes: Obrad como debáis y podáis, y dormid lo que preciséis.
A su vez, por aquellos años pensaba que
fantasear (muy propio de los niños) era divertido, además de salir
gratis; vamos, como el cine, pero mejor. ¡Qué disparate otra vez! -creo
que debería enseñar qué no se debe aprender en vez de enseñar lo que se
debe- pero ¿qué es fantasear? En el D.R.A. diccionario
encontrareis que es la “facultad que tiene el ánimo de reproducir por
medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las
ideales en forma sensible o de idealizar las reales”, o sea imaginar,
hacer imágenes.
Esto
es importante tenerlo presente, ya que para interpretar los sueños hay
que fantasear, e intentar ver lo que el soñador ha visto, pero
antes que nada quiero advertiros que fantasear si tiene un precio:
tiempo y gasto mental, es decir energía personal, por lo que interpretar
y saber qué significa un sueño puede ser interesante, pero que no os
pase como al aprendiz de brujo (ved la película Fantasía de Walt
Disney). Todo requiere tiempo, su momento y no obsesionarse por el tema.
Los sueños como pasatiempo esporádico, o un tema de conversación
agradable entre amigos, son interesantes, pero evitad que se conviertan
en una profesión ¿Vale?
Bueno… ¿¡pero qué son los sueños!?
Contestar a esta pregunta no es fácil y por eso me voy yendo por las
ramas, ya que habría que saber cómo se forman y por qué se sueña, pero
¿quién sabe como funciona la inmensidad de su propio cerebro? Este es
un reto que os dejo, pues tal vez algunos de vosotros en el futuro seáis
médicos, psicólogos, bioquímicos… y podréis resolver estas cuestiones u
otras, o aprenderlas de otros que las hayan resuelto.
Para aproximaros al mundo de los sueños
tendría que explicaros como comencé a reflexionar en los sueños, y como
llegué a la conclusión que el autor de los sueños o soñador, emplea
como elementos descriptivos un lenguaje universal.
Mi interés por los sueños comenzó
analizando este lenguaje universal. Entender este lenguajes es entender
la creación y a su creador, algo importante para un hombre creyente como
yo. Así pues, los sueños no son distintos al lenguaje que emplea Dios
en el despliegue de su creación. En nuestro caso, y a diferencia del
Creador, son efímeros y parciales como sus creadores, pero semejantes en
la utilización de los ladrillos que los conforman, como el Creador
utiliza su sencillo lenguaje.
Ya sé que no todos sois personas de fe,
pero los que no son creyentes podrán estar de acuerdo conmigo que el
hombre debió desarrollar evolutivamente un lenguaje no verbal basado en
su realidad cotidiana, en imágenes, de manera previa e independiente al
lenguaje verbal, y este lenguaje persistió entre otras formas de
comunicación en los sueños, a pesar del desarrollo del lenguaje oral,
empleando diversos sonidos, y del lenguaje escrito, mediante ideogramas,
jeroglíficos, alfabetos…mucho más sofisticados. Puesto que el hombre es
la obra cumbre del mundo material, que sepamos, su lenguaje debe ser lo
más próximo al lenguaje del cosmos.
El
lenguaje de los sueños es un lenguaje abreviado y sintético, en el que
la polisemia y el ahorro de recursos son esenciales, ya que la
elaboración del mensaje precisa del máximo ahorro de recursos mentales,
careciendo de lo superfluo e innecesario. No sólo es icónico, sino
también simbólico y verbal, coexistiendo en todas sus formas y sin
límites de expresión.
Cada sueño es un relato de producción
personal y creativa con un único espectador, el soñador, en la que se
plasma de manera singular la forma de entender, de razonar y de sentir.
En los sueños la voluntad queda suspendida a la mínima expresión, los
sentidos exteriores casi suprimidos. Al reducirse la voluntad, la
sucesión en la producción de imágenes es arrastrada por los sentimientos
personales, esos pequeños duendes o demonios que nos envuelven, ayudan,
dominan y traicionan.
Los sueños describen y nos describen,
cuentan una historia coherente frente a la incoherencia del caos, pero
desde el caos de una mente sin una voluntad controladora. Son expresión
del libre acto, del personal artificio, pero con compartidos modos de
entender el universo, con una simbología sacada de la realidad.
El hombre ha aprendido a distinguir entre
realidad y fantasía, y los sueños son fantasía, pero una fantasía con
características singulares, pues se trata de una introspección
semivoluntaria y semiconsciente, es decir la voluntad actúa de manera
limitada, en la que no hay supresión de aspectos negativos para el
sujeto soñador, aunque si se producen ciertas alteraciones. ¿En qué
grado? ¡Depende del sueño!
¿Una definición? Os daré una definición, aunque la respuesta no es completa. Los
sueños son una sucesión de imágenes sensitivas (visuales, sonido, etc) y
subjetivas, que simulan la realidad. En los sueños hay un relato
coherente, en que cada imagen equivale, al menos, a una palabra, una
idea, o un significado que enlaza con los circundantes.
No hay vacío; es un todo en la nada.
Tiene un principio y un fin. El principio, como sucede en la realidad,
es lejano, difuso y oscuro; el fin es vivo e inmediato, y sino…
desaparece y se extingue, hasta una nueva oportunidad, para un nuevo
sueño…
CONTINUARÁ…………Jesús Iborra (profesor del Departamento de Tecnología)
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