No te creas todo lo que te cuentan

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jueves, 26 de septiembre de 2013

Los alumnos de Ámbito comienzan ha crear sus blogs!!

Por fín todos los alumnos comienzan a crear sus blogs, después de obtener sus cuentas gmail. Todos nos preguntamos quien será el último en conseguirlo!!

sábado, 21 de septiembre de 2013

Parte cuarta: Análisis de los sueños y ciencia

Publicado: 10/06/2013 en Noticias del centro
 
Estos días he estado leyendo un libro titulado “100 enigmas que la ciencia (todavía) no ha resuelto”, escrito por Daniel Closa i Autet. En su libro señala varios enigmas que me apasionan: el 86/100 “el lenguaje”, el 59/100 “dormir” y el 60/100 “sueños”. Bueno, me dejo otros como el 25/100 “Predecir terremotos” y el 97/100 “La hipótesis de Riemann”, de la que no tengo ni idea, pero que sé que va de los números primos, otra de mis tontas y últimas aficiones.
enigmas
Pues bien, en “Sueños” señala – para no divagar en otros temas – que es un estado absolutamente intrigante el hecho de vivir una vida que no es real, pero que, cuando nos encontramos en ella, no podemos distinguirla de la realidad. Sin embargo opina que como quien trata de encontrar formas en las nubes, las puede identificar, pero no tienen ningún sentido real. Por otro lado añade que también los animales sueñan, aunque no sabemos qué, y que los sueños tienen que servir para comprender mejor el funcionamiento del cerebro.
En el “Lenguaje” (86/100) señala a su vez que para la evolución de éste era necesario que aparecieran las estructuras mentales necesarias para generarlo e interpretarlo. Para mí, como decía en la parte anterior, este ha sido el papel de los sueños.
Otro autor que trata el tema de los sueños es Richard Restak en su libro “Grandes cuestiones. Mente”, en el que el autor además de hablar de otras diecinueve cuestiones relacionadas con el cerebro humano desarrolla una titulada “¿Tienen significado los sueños?”
Mente
No es que suela leer temas relacionados con los sueños- ya he comentado que no he podido leer a Freud todavía- pero a mí me gusta dejar a la Providencia que actúe en los tema que me preocupan, y mientras voy madurando el artículo, para desesperación de mi compañero Alberto, ella me va poniendo en mis manos la información que preciso. Así pues, dicho autor señala que los sueños pudieran ser útiles, pero de formas que normalmente no conseguimos entender ni explicar. Comparto con él que es cierto que hace falta un esfuerzo, pero ningún sueño que me han relatado ha dejado de tener explicación. Algunos tienen una explicación rápida, de unos segundos. Generalmente los sueños traumáticos o los sueños de deseo son de este tipo, y simplemente soñamos un hecho tan real como comernos una deliciosa pizza, o sufrimos por algo que nos ha  hecho sufrir en la realidad previamente. La interpretación es instantánea.
Otros sueños son más complejos; son sueños simbólicos en los que cada objeto es un término de la historia, reforzado por un color o por una serie semántica. El sueño se hace más retorcido, cambiando de planos temporales y entretejiendo escenarios y personajes, pero siempre el protagonista es el mismo: el soñador. La interpretación se hace compleja, sobre todo cuando aparecen los nombres de personas que desconoces,  pero que sin nombrarlas, el soñador las relata de manera simbólica al intérprete, con lo que se hacen precisos varios interrogatorios para completar el cuadro de la historia real, el entorno real del soñador, al que con frecuencia el intérprete desconoce.
dreamer
Richard Restak también plantea la frustración de numerosos hombres que recuerdan una vaga pero indeleble huella de los sueños, de sus giros y absurdos momentos atemporales, de personas ya fallecidas y sitios olvidados, sin darse cuenta que lo importante de cada historia no son los personajes, ni los giros, ni los detalles, sino el todo del relato. Él sostiene que son retazos dispersos que dispuestos de forma aleatoria, después el interpretador les “impone un significado”. Es como decir que un niño pequeño cuando le damos una cuchara y un cuenco con papilla no come, a pesar de ponerse la papilla en la boca, por no saber qué está comiendo, y estar llenando la mesa  de papilla mientras juega con la misma. Tal vez el ejemplo no sea bueno esta vez, pero a lo que quiero llegar es que el que no es interpretador le cuesta comprender que a pesar  de la dificulta, la interpretación es posible, y por otra parte no ha experimentado la cara  de felicidad que pone aquel que agobiado por su sueño, al interpretarlo dice  emocionado: “sí así es como yo realmente pienso ¿Cómo lo has sabido?” Richar Restak asegura también que la aceptación de sueños perturbadores o angustiantes es un requisito para liberarnos de ellos y que combatirlos solo sirve para consolidarlos en la psique. Esta afirmación es cierta, aunque algo coja; no se trata de aceptarlos sino de amarlos. Es el amor a uno mismo el que disuelve el sueño angustioso, pues es el desamor el que lo fija en nuestra mente, como el sonido de un duro martillo cuando golpea sobre una chapa. Y los sueños son parte de nuestro ser, de nuestra visión de nosotros mismos, de los recuerdos que nos conforman con seres únicos e irrepetibles.
Richar Restak así mismo añade aspectos interesantes de los sueños: la posibilidad de controlarlos, la influencia del medio circundante… ¡vamos, qué os recomiendo que leáis su libro!
Comentando a Freud señala que el sueño es la realización de un deseo, lo cual es una simplificación obvia, y considera que la interpretación freudiana de los sueños, o cualquier otra, termina en la imposibilidad de su verificación objetiva de su eficacia, por lo que no puede considerarse como ciencia.
Quiero entender que se refiere a la utilización de los sueños como instrumento terapéutico, y si es desde este punto de vista, estoy de acuerdo. Los sueños no son para curar, sino para conocerse así mismo. Si uno conociéndose y reconociéndose mejora en una enfermedad psíquica, estupendo, pero no creo que esa sea la función de los sueños.
Los sueños pueden ser un refuerzo para una persona desorientada, cuando son tantas las caretas que se ha puesto que apenas ya se reconoce como quien realmente es, pero ya está; no más. El sueño no resuelve una esquizofrenia, ni una fobia… ni nada de nada, aunque una correcta interpretación te refuerza como individuo. Una mala interpretación te deja como estás, ni peor ni mejor. Y si tenías un lío mental, pues sigues como estabas. Así de claro. Aunque es también cierto que el interpretador se convierte por unos momentos para una persona que, agobiada por algún problema, en ese anhelado oasis, conseguido gracias a plantear indirectamente el problema que lo atenaza a través del sueño. Esa es pues la función del intérprete: aguador para el sediento caminante que atraviesa el inhóspito desierto que es la vida.
Es frecuente que los que sueñan, sueñan cosas imposibles, como sucede a los discapacitados, pero ¿es que los deseos tienen límites? Pero no todos son agobios. El propio Richar Restak anota que él ha soñado volar, y que volar es un sueño muy común.
Volando
Muchos amigos me han relatado sueños volando. Es un sueño simbólico muy simple: las cosas nos van tan bien… que nos sentimos livianos. Recuerdo el sueño de una amiga que también volaba. Este sueño era oscuro. Su vuelo era rasante, descendiendo por las calles de su pueblo, buscando a su padre fallecido. Recuerdo que después de relatarme el sueño le indiqué que realmente lo que en el sueño estaba reflexionando era que su padre había muerto; que asumiera el hecho de su muerte y que simplemente la muerte era no hablar él con ella.
Al día siguiente vino con la cara resplandeciente para contarme que el sueño que tantas veces le había atormentado se había transformado: ella volaba por el pueblo otra vez, pero en esta ocasión ascendía y el día se hacía luminoso. Richar Restark describe un sueño de un hombre que se hace mujer y casado, se acostaba con su hermana. Señala que Freud sacaría mucho jugo del asunto por razones aparentemente obvias. Mi interpretación es diferente. Es por ello que no me gusta aclarar completamente la interpretación de los sueños, porque todo conocimiento tiene un doble filo. Interpretar un sueño puede ser peligroso en manos de un inexperto, y Freud, a mi juicio y por lo poco que sé de él, lo era.
Los sueños cumplen una ley fundamental: Ningún sueño va contra el soñador. Este principio es básico para interpretar. No se trata de un deseo, sino una realidad constatada por la experiencia y está basado en un razonamiento lógico: Nadie se hace daño si lo puede evitar. Además los sueños siempre refuerzan el mensaje mediante pequeños detalles, que al interpretador cuidadoso no le pasan inadvertidos.
En este último sueño al que se refiere Richar Restark, el soñador está haciendo una comparación de la relación existente entre él y su mujer, y entre él y su hermana, probablemente en cuanto a la personalidad de los cuatro. El sueño está tan sesgado que no puedo interpretar más, además de ser el soñador de lengua inglesa.
Los sueños de tipo sexual son claramente explícitos. ¡El sexo gusta tanto a todos! ¿Para qué vamos a irnos con rodeos cuando no hay testigos? Otra cosa es lo que significan, y muchas veces lo obvio no lo es tanto. Muchos sueños sexuales son reafirmación de la propia sexualidad o aclaración de temores infundados. En esto Freud desbarraba hasta el fondo.
El papel de los sueños en la actividad creativa también es tratada por Richard Restark, y la comparto hasta cierto punto, ya que como he sostenido, los sueños son relatos semivoluntarios, por lo que el deseo de encontrar una solución resuelta en un sueño puede ser el pequeño matiz que nos falta para modificar la realidad positivamente. Pero el ejemplo tomado por este escritor es equivocado. Relata un experimento realizado por un investigador médico con una serie de alumnos a los que sugiere una serie de letras, añadiendo después, que todos tuvieron como tema común el agua.
Los sueños con agua son tan frecuentes como los sueños volando. Para mí son los más interesantes. El agua es el elemento vital de todo ser vivo y todos la deseamos. Pero los sueños nos la muestran de muy diversas formas: en el mar, en un río, en una acequia, lloviendo, cristalina, con peces, turbia, a modo de olas, buceando, flotando, navegando… Cada forma significa una cosa, pero todas tienen un único significado común: los sentimientos. El agua describe nuestros afectos y emociones más íntimas y son mis sueños preferidos para interpretar.
agua
Richard Restark se pregunta a su vez ¿porqué olvidamos los sueños si son tan importantes?. Todos estaremos de acuerdo con él que el esfuerzo para recordarlos es importante ya que lo hemos experimentado, pero ¿Por qué?
Me atreveré a dar una respuesta: los sueños son un repaso de nuestros objetivos y estos pueden ser aceptables o peligrosos cuando entramos en contradicción. Son reflexiones como último recurso de nuestro cerebro para decirnos ¡alto, te has equivocado y te estás haciendo daño! o… ¡sigue así que todo va bien!.
Generalmente nos preocupamos de recordar lo malo, y olvidamos la rutinaria buena marcha del día a día. Sin embargo cuando todo va bien en nuestra vida real nos levantamos y decimos ¡he dormido genial y he tenido un sueño maravilloso!, aunque nunca lo recordemos. Y es que el recordar lo malo y su reiteración nos permite rectificar el camino. Cuando se va en la buena dirección no hace falta mirar atrás. También se pregunta el porqué soñar con personas que no hemos visto en treinta años. Y yo me pregunto: ¿Por qué pienso en lo que hice hace treinta años? La respuesta es simple: por recordar. Soy yo y mis circunstancias… y mi historia personal.
La conclusión a la que llega Richar Restark, presidente de la Asociación Neuropsiquiatría de EEUU y profesor de clínica neurológica en el Hospital Universitario George Washington es practicar una “especie de agnosticismo”, por el simple hecho ¡de lo inverosímil que son los sueños! y añade a su vez que “si los sueños carecen de sentido ¿porqué todas las civilizaciones que han existido han desarrollado teorías o sistemas (o timos) que sugieren lo contrario?” Remata la faena con “deberíamos de reconocer que los sueños no son explicables como una ecuación … y acaso hemos de fiarnos de la fuente y el autor de cada uno de ellos: nuestro propio cerebro” ¿Está claro? Pues no. Nos deja como estábamos. Mi postura es otra, claro que soy un insensato profesor de Tecnología en IES Príncipe de Asturias de Lorca, y presidente de la república bananera de mi casa, según IKEA: Todos deberíamos analizar de vez en cuando nuestros sueños, especialmente cuando nos van bien las cosas, para que cuando se tuerzan, podamos comprender mejor nuestros  errores, nuestras intranquilidades, nuestros miedos.
Muchas veces el miedo al miedo es  el peor de los monstruos. No se trata de hacernos unos especialistas, pero sí conocernos un poco mejor y querernos mucho más, para poder querer más a los que nos rodean. Todos somos maravillosos, irrepetibles e inesperadamente insondables ¿no os parece? A veces los sueños parecen tan reales como la realidad misma y en otras la realidad se hace sueño, como mi estancia en Lorca.
El terremoto de Lorca del 2011 me parece ahora como un lejano sueño en el que  se sacude nuestra aparente seguridad; el agua turbia corriendo por las calles en las inundaciones del 2012, simbolizan los sentimientos tortuosos que a todos nos  amenazan; pero al final de mi sueño, cuando me echo en mi cama y pienso que los  sueños, sueños son, y que la vida es sueño, recuerdo vagamente, mientras cierro los ojos, el encuentro de innumerables rostros amables que me saludan en el Instituto todas las mañanas, y yo me digo: ¡He dormido genial y he tenido un sueño maravilloso!

No puedo dejar de agradecer a Alberto, profesor de CCNN y redactor del periódico del Centro, por haberme animado a escribir este artículo sobre los sueños, así como por una maquetación tan acertada.

Tercera parte: los sueños y su análisis.

Publicado: 06/06/2013 en Noticias del centro
 
¿Por qué es interesante poder interpretar los sueños? porque nos permite analizar nuestra forma de pensar sin las innumerables caretas que nos colocamos ante los demás. ¿O no tenemos una forma de actuar ante los que nos aprecian, otra ante los que nos desprecian, y otra ante los que nos son indiferentes?
El paso de los años nos hace perder la noción de quienes somos en realidad, qué nos mueve a obrar y cuales son nuestros más oscuros temores. Conocer la realidad nos permite enfrentarnos a ella, buscar las posibles soluciones, y ser tal como queremos ser, sin dobleces, ni complicaciones, recomponiendo nuestra personalidad.
Es por ello que el mejor intérprete de los sueños es uno mismo, ya que nosotros somos el destinatario del mensaje, además de su autor. Al que llamamos intérprete, no es más que un mero aclarador del sueño, que evita retorcer el mensaje así como simplificarlo.
Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, señala que los sueños manifiestan los deseos ocultos del subconsciente. Nunca he tenido tiempo de leer a este neurólogo que estudió exhaustivamente los sueños desde el punto de vista científico, entre otras cosas porque lo poco sé de sus conclusiones me  parecen  equivocadas, y porque al tratarse de un alemán, los sueños que interpreta no pueden ser interpretados correctamente por un español, y por tanto el esfuerzo no me ha merecido la pena. Tal vez algún día tenga que desdecirme…entre otras cosas porque tengo comprobado que existen sueños simbólicos que no dependen del lenguaje del soñador.
Freud
¿Los sueños son iguales independientemente de la lengua que hablamos? Algunos sí, los simbólicos; otros no; y en todo caso habrá ciertas diferencias.
Un día mientras veía la televisión, estaba hablando el cantante Al Bano de un sueño de su esposa, Romina Power, sobre la desaparición de su hija; su madre se resistía a pensar que no había muerto, basándose en un sueño en el que tras cruzar una puerta volvía a encontrarse con ella. Es una historia triste, aunque real. Romina estaba reconociendo en su sueño que ella volvería a ver a su hija Ylenia desaparecida… en el más allá. Ella no era tal vez consciente y una mala interpretación del sueño la había llevado a unas falsas esperanzas, pero sí había captado la realidad  en lo más intimo de su ser, como en ese mismo corazón existía la esperanza del mundo futuro.
Otros estudiosos del tema han desbarrado y han pretendido dar un valor a los sueños extravagante, siguiendo la moda de una pseudo “espiritualidad Light” para una visión laxa de la vida. No va conmigo.
Hoy en día, con el desarrollo tecnológico, nos planteamos leer con precisión lo que hemos soñado. Así, en un artículo titulado “La interpretación de los sueños” de Daniel Capó, que he leído hace unos días, comenta la noticia que ha saltado a partir de los trabajos realizados por un equipo de neurocientíficos japoneses, que está “a punto de descifrar  la secuencia neuronal de la actividad onírica; esto es, de lograr plasmar con la ayuda de una resonancia magnética, el auténtico tejido de los sueños”.
            Este periodista se plantea si existirá una memoria onírica, si habrá una lógica interna que dicte el discurrir de la imaginación, que podamos soñar en contra de nuestros sueños anteriores, aunque los hayamos olvidado. Este mismo asevera que los sueños dependen de una biografía onírica ignorada para nosotros que se mantiene oculta, y dislocada de lo queremos creer.
            Mi experiencia en el tema me permite contestar de algún modo estas cuestiones.
Si bien es cierto que existe una memoria onírica, y por tanto una lógica interna, aunque no recordemos los sueños, no existe, en una persona mentalmente sana (aquí alguno sonreirá), una disociación entre el mundo onírico y el real, ya que el primero está totalmente supeditado al segundo. Un sujeto siempre sueña en función de lo que él piensa, de la realidad que vive y de cómo la interpreta. Por eso me gusta repetir frecuentemente que el mejor intérprete de un sueño es el propio soñador.
Sueño
            Esta forma de pensar no es inmutable, por lo que los sueños viajan con el soñador como una maleta es llevada por un viajero. Lo que lleve en la maleta será en función de lo que piense el viajero, del origen y del destino del mismo, y del medio de transporte que utilice.
       Todo viajero cuando planifica su viaje, establece una serie de paradas, observa como va el viaje y como está evolucionando hacia su destino, y por tanto proyecta el final de su viaje. Así pues, los sueños en ciertas circunstancias, pueden proyectarnos al futuro, un futuro tan incierto como el real, pero con la aquilatada elaboración basada en la propia experiencia, y, esto es lo interesante, sin las interferencias de intereses y prejuicios secundarios.
Viajero
            Yo apenas he tenido sueños de futuro, y los pocos que he tenido son a tan largo plazo que no los he visto cumplirse todavía. Nunca he interpretado a nadie un sueño con estas características, tal vez porque solemos vivir en una ajetreada vida a corto plazo. Sin embargo, hoy mismo he tenido el sueño más maravilloso de toda mi vida, y era sobre mi futuro. Tal vez gracias a este sueño, hoy he tenido fuerzas para terminar este artículo, y es que sueños y realidad van de la mano.
        Esta metáfora del viajero, me recuerda como desde la antigüedad se ha utilizado en la literatura metáforas, parábolas, y analogías para describir unos hechos, y es que los sueños siempre han sido y serán fuente de inspiración para los hombres de todos los tiempos. Es la típica forma de expresión de los profetas del Antiguo Testamento, en la que el profeta se ponía un yugo sobre sí, para expresar al rey como iba a ser tratado su pueblo al ser invadido por otro.
            Este lenguaje simbólico ha sido substituido por el lenguaje verbal, salvo en los niños pequeños cuando fantasean en sus juegos, pero estoy seguro que es el de los sueños nuestro lenguaje más primitivo, y que ha sido llevado por el hombre, en la maleta genética de su dilatada historia como especie. Los sueños, sucesión de imágenes y su abstracción, son un resto del pasado evolutivo que todavía conservamos y que  tiene un gran valor para el hombre. Para los animales  es el último logro de su evolución, para nosotros el inicio del maravilloso camino de la comunicación humana y del lenguaje universal.

Los sueños: ejemplos de sueños (II parte)

Publicado: 24/05/2013 en Noticias del centro

Sorprendentemente, los sueños no sólo están en nuestras vidas durante las noches de vigilia, o en esas mañanas de duerme vela, o cuando despertamos súbitamente por una pesadilla (sueño angustioso). Literatos, y artistas han empleado los sueños como recurso estilístico. Dalí es uno entre tantos.
Hace unos meses fui a ver la película de “Lincoln”, justo cuando empezaba este artículo, y curiosamente la película comenzaba con un sueño. El protagonista se ve en un barco avanzando por un mar y al final del sueño aparece una calavera. Desconozco si es una recreación del guionista o un hecho histórico el que la mujer de Lincont intentaba adivinar el significado de los sueños de su marido, pero lo cierto es que el sueño tenía su significado: Lincon sufría ante la soledad de guiar a su país en un mar de sentimientos diversos, cuyo resultado no podía ser otro que la muerte y la destrucción. No era una premonición de futuro, sino una reflexión de su presente. Este sueño te identificaba en pocos minutos con la angustiosa situación del personaje.
            Es interesante notar que muchas películas que veis – y las novelas que son el punto de partida de sus guionistas- no son sino sueños. ¿Por qué lo sé? Porque utilizan el lenguaje de los sueños. Os sugiero una película apropiada para vuestra edad: “Los 6 signos” estrenada en el año 2007.
Lincoln
Los seis signos
Pero los sueños, aunque no seamos conscientes de ello, tienen otros secretos.
Así pues, he observado que el lenguaje humano -sólo puedo hablar por lo que sucede con el español, pero sospecho que igual sucede con los restantes idiomas- tiene un curioso comportamiento. Existe una cierta correspondencia entre el lugar que ocupa cada palabra en el conjunto de los significados y sus correspondientes significantes, y el lugar que ocupa en los sueños, es decir, una palabra no es aceptada como tal por los hablantes, sino puede ser incorporada correctamente en el mundo de los sueños, y viceversa.
            Desde antiguo la interpretación de los sueños ha sido un enigma para todas las civilizaciones.
En nuestra cultura ejemplos de sueños famosos son frecuentes en la Biblia, como los Nabucodonosor y Daniel (Dan 2 y 4), los del faraón y José (Gén 41), o los de S. José y el Ángel (Mat 1, 20-24), o ya en la cultura griega los que se iban a consultar al oráculo de Delfos.
Pero además de estos relatos de sueños en la Biblia, me atrevo a sugeriros otros relatos que intuyo son sueños inspirados, más que simples relatos inspirados, como el relato de Adán y Eva en el Génesis, o las visiones Apocalípticas de S. Juan.
         Muchos han sido los sueños que me han descrito amigos y conocidos. He tomado este ejemplo para que podáis comprender un poco mejor la interpretación de los sueños. El soñador cuenta un sueño tipo advertencia. Es muy apropiado para reflexionar sobre esta época, caracterizada por el poco futuro para los jóvenes, ya que se presenta un horizonte nada halagüeño, pero ofrece con su descripción, una invitación a modificar la propia conducta.
                        Escena 1:
Estoy en mi balcón y miro hacia una placeta que hay frente a mi casa, y más allá está la vivienda de un vecino; la casa es de color blanco; es de día y hay un huerto con naranjas y otra casa de color gris.
            De la casa anterior se ve un camino de piedras blancas que sale hasta una carretera que está a la derecha, y por él sale el hijo del dueño, montando a caballo marrón. El jinete lleva una camisa blanca, y se mueve de lado.
jinete
                        Escena 2:
           Todo desaparece y se convierte en agua blanquecina, viéndose al fondo un muro de hielo no demasiado alto.
          Caigo al agua y me encuentro con muchas personas, aproximadamente diez. Alguien grita que salga del agua; giro la cabeza hacia allí y veo caer una torre, que al caer sobre el agua, salpica y seguidamente se hunde; la torre estaba situada en mi casa, hacia la derecha y es de color gris.
muro hielo
                        Escena 3:
         Salgo nadando y llego al muro de hielo; salto el muro y caigo en una carretera; se hace de noche; miro a la izquierda y alguien se electrocuta todavía en el agua.; se trata de un amigo de mi padre, de cierta edad.
         En la carretera se ven farolas encendidas grises y el fondo de la carretera no se ve; la carretera cruza de izquierda a derecha, no viéndose el horizonte, pero se ve al fondo mucha oscuridad.
carretera
            Interpretación:
En la primera escena se reflexiona sobre otra persona que conoce el soñador; es un joven de más edad que él por lo que es muy probable que se esté estableciendo una analogía entre esa persona y él mismo en un futuro no muy lejano.
            El soñador está a gusto con su vida, tiene un futuro prometedor y lo sabe, por sus propias cualidades, pero existen aspectos preocupantes. El color blanco reafirma su buen corazón, sus buenas intenciones.
            Los árboles son otros amigos y conocidos en su misma situación preocupante.
            El chico montado a caballo es él mismo en el futuro, independiente, capaz de dominar su destino, lleno de vigor y seguridad, aunque su trayectoria no es la adecuada, a pesar de no tener obstáculos en su camino. Tal vez el problema esté en su propia fortaleza.
            En la segunda escena aparece algo inesperado, son los propios afectos, que le atan a su plácida vida, y que terminan por hacérsele un obstáculo, bien por consecuencias lejanas, o por afectos no tenidos en cuenta. Reflexiona que no es el único que está en esas circunstancias, pero una sorpresa peor viene inesperadamente. Se trata de las ideas del pasado que ha ido construyendo, y que por no estar bien fundadas se han desmoronado sobre su maravilloso mundo al que tanto ama.
            En la tercera escena  se muestra el esfuerzo que deberá hacer para evitar las consecuencias de su errada y complaciente inactividad, debiendo superar ese inevitable obstáculo que ha ido él mismo creándose. Una vez superado se vuelve a plantear  si tal vez  demorándose demasiado en tomar las decisiones correctas no se verá superado por las circunstancias, haciéndose su futuro oscuro y sin solución. Sin embargo al final espera que por lo menos tenga la opciones para salir adelante y encontrar por el camino soluciones parciales que le vayan permitiendo salir del apuro
            El intérprete aconseja al soñador que intente caer en la autosatisfacción y que no siga demorándose en su esfuerzo personal. El futuro puede ser incierto, pero una excesiva complacencia en sí mismo o esperar que vayan apareciendo pequeñas ayudas en nuestra vida, no llevan a ningún buen resultado; sólo nos mantenemos a expensas  de lo que nos depare la suerte.

Interpretando sueños………sshhhhh (primera parte)

Publicado: 15/05/2013 en Noticias del centro

PRIMERA PARTE: ¿QUÉ SON LOS SUEÑOS?

Recuerdo  que pocos días antes de incorporarme al IES Príncipe de Asturias, acudí a su página Web para hacerme una idea de cómo era mi nuevo centro, y dos cosas me llamaron la atención positivamente: su biblioteca, y un artículo de una alumna de bachillerato sobre los sueños. Lo cierto es que no estaba de acuerdo con esta antigua alumna, autora de dicho artículo, aunque sí había hecho algunas reflexiones interesantes.

            Han pasado ya casi cuatro años desde aquellos días, y para mi desdicha, Alberto, profesor de CCNN, se ha propuesto sacar algo de agua de este profundo y descuidado pozo, tomando como herramientas su persistencia y simpatía, artilugios que vencen mi intensa resistencia al esfuerzo, y lo que fue una buena intención, toma forma con este pequeño artículo que espero os sea de utilidad y despierte vuestro interés, tal como alguno de vuestros compañeros me lo ha manifestado.

¿Y qué son los sueños?.  Habréis tenido ya muchos sueños, a pesar de vuestra tierna edad, y es que los sueños nos son tan familiares como desconocidos. ¿Cuántas veces habréis repetido: “tuve un sueño de lo más raro hace unos días…” y por mucho que penséis en él no sabéis qué significa?.
Pero lo más curioso es que muchos adultos, incluso expertos científicos, tampoco los entienden, lo que debemos deducir que su comprensión no es sencilla. La intención de este artículo no es que os hagáis unos expertos en el tema, sino más bien aproximaros al mundo de los sueños y así enriquezcáis vuestra personalidad, sin caer en supersticiones, oscurantismos y divagaciones, que sirven para aprovecharse a unos pocos de los ingenuos, ya que la literatura sobre los sueños es extensa y disparatada.
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            Si consultáis en Diccionario de la Real Academia, observaréis que sueño, del latín somnus, es el “acto de dormir”, así que cuando soñamos, dormimos. Así mismo indica el D.R.A. que sueño es el “acto de representarse en la fantasía de alguien, mientras duerme, sucesos o imágenes” y también: “estos mismos sucesos o imágenes que se representan.” Además el D.R.A. añade que es “cosa que carece de realidad o fundamento, y, en especial, proyecto, deseo, esperanza sin probabilidad de realizarse”, por la separación entre sueño y realidad, ya que los sueños no tienen generalmente consecuencias sobre ésta.
Existen otras acepciones y expresiones que están relacionadas con el sueño como el sueño eterno o muerte, que no es otra cosa que la “cesación de la vida”, aunque particularmente la que más me gusta, algo que no es un secreto para muchos de vosotros, es echar un sueño o “dormir breve rato”.
Dormimos y descansamos pero si no dormimos no descansamos bien, ya que cuando dormimos el cerebro hace un trabajo distinto que cuando estamos despiertos; además es necesario para organizar la memoria, pero todavía desconocemos muchas cosas que suceden en el cerebro mientras dormimos.
¿Dormir?… ¡qué perdida de tiempo! era uno de mis razonamientos cuando tenía vuestra edad, majadería que después de muchos años te hace comprender lo fácil que es cometer un error con consecuencias graves para la salud.  Saliéndome un poco de tema os doy un consejo poco comprometido para todos, especialmente  si queréis ser buenos estudiantes: Obrad como debáis y podáis, y dormid lo que preciséis.
A su vez, por aquellos años pensaba que fantasear (muy propio de los niños) era divertido, además de salir gratis; vamos, como el cine, pero mejor. ¡Qué disparate otra vez! -creo que debería enseñar qué no se debe aprender en vez de enseñar lo que se debe- pero ¿qué es fantasear? En el D.R.A. diccionario encontrareis que es la “facultad que tiene el ánimo de reproducir por medio de imágenes las cosas pasadas o lejanas, de representar las ideales en forma sensible o de idealizar las reales”, o sea imaginar, hacer imágenes.
Esto es importante tenerlo presente, ya que para interpretar los sueños hay que fantasear, e intentar ver lo que el soñador ha visto, pero antes que nada quiero advertiros que fantasear si tiene un precio: tiempo y gasto mental, es decir energía personal, por lo que interpretar y saber qué significa un sueño puede ser interesante, pero que no os pase como al aprendiz de brujo (ved la película Fantasía de Walt Disney). Todo requiere tiempo, su momento y no obsesionarse por el tema. Los sueños como pasatiempo esporádico, o un tema de conversación agradable entre amigos, son interesantes, pero evitad que se conviertan en una profesión ¿Vale?
Bueno… ¿¡pero qué son los sueños!? Contestar a esta pregunta no es fácil y por eso me voy yendo por las ramas, ya que habría que saber cómo se forman y por qué se sueña, pero ¿quién sabe como funciona  la inmensidad de su propio cerebro? Este es un reto que os dejo, pues tal vez algunos de vosotros en el futuro seáis médicos, psicólogos, bioquímicos… y podréis resolver estas cuestiones u otras, o aprenderlas de otros que las hayan resuelto.
Para aproximaros al mundo de los sueños tendría que explicaros como comencé a reflexionar en los sueños, y como llegué a la conclusión que el  autor de los sueños o soñador, emplea como elementos descriptivos un  lenguaje universal.
Mi interés por los sueños comenzó analizando este lenguaje universal. Entender este lenguajes es entender la creación y a su creador, algo importante para un hombre creyente como yo. Así pues, los sueños no son distintos al lenguaje que emplea Dios en el despliegue de su creación. En nuestro caso, y  a diferencia del Creador, son efímeros y parciales como sus creadores, pero semejantes en la utilización de los ladrillos que los conforman, como el Creador utiliza su sencillo lenguaje.
Ya sé que no todos sois personas de fe, pero los que no son creyentes podrán estar de acuerdo conmigo que el hombre debió desarrollar evolutivamente un lenguaje no verbal basado en su realidad cotidiana, en imágenes, de manera previa e independiente al lenguaje verbal, y este lenguaje persistió entre otras formas de comunicación en los sueños, a pesar del desarrollo del lenguaje oral,  empleando diversos sonidos, y del lenguaje escrito, mediante ideogramas, jeroglíficos, alfabetos…mucho más sofisticados. Puesto que el hombre es la obra cumbre del mundo material, que sepamos, su lenguaje debe ser lo más próximo al lenguaje del cosmos.
suenos
El lenguaje de los sueños es un lenguaje abreviado y sintético, en el que la polisemia y el ahorro de recursos son esenciales, ya que la elaboración del mensaje precisa del máximo ahorro de recursos mentales, careciendo de lo superfluo e innecesario. No sólo es icónico, sino también simbólico y verbal, coexistiendo en todas sus formas y sin límites de expresión.
Cada  sueño es un relato de producción personal y creativa con un único espectador, el soñador, en la que se plasma de manera singular la forma de entender, de razonar y de sentir. En los sueños la voluntad queda suspendida a la mínima expresión, los sentidos exteriores casi suprimidos. Al reducirse la voluntad, la sucesión en la producción de imágenes es arrastrada por los sentimientos personales, esos pequeños duendes o demonios que nos envuelven, ayudan, dominan  y traicionan.
Los sueños describen y nos describen, cuentan una historia coherente frente a la incoherencia del caos, pero desde el caos de una mente sin una voluntad controladora. Son expresión del libre acto, del personal artificio, pero con compartidos modos de entender el universo, con una simbología sacada de la realidad.
El hombre ha aprendido a distinguir entre realidad y fantasía, y los sueños son fantasía, pero una fantasía con características singulares, pues se trata de una introspección semivoluntaria y semiconsciente, es decir la voluntad actúa de manera  limitada, en la que no hay supresión de aspectos negativos para el sujeto soñador, aunque si se producen ciertas alteraciones. ¿En qué grado? ¡Depende del sueño!
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¿Una definición? Os daré una definición, aunque la respuesta no es completa. Los sueños son una sucesión de imágenes sensitivas (visuales, sonido, etc) y subjetivas, que simulan la realidad. En los sueños hay un relato coherente, en que cada imagen equivale, al menos, a una palabra, una idea, o un significado que enlaza con los circundantes.
No hay vacío; es un todo en la nada. Tiene un principio y un fin. El principio, como sucede en la realidad, es lejano, difuso y oscuro; el fin es vivo e inmediato, y sino… desaparece y se extingue, hasta una nueva oportunidad, para un nuevo sueño…
CONTINUARÁ…………

Jesús Iborra (profesor del Departamento de Tecnología)