No te creas todo lo que te cuentan

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

EPILOGO: Fuego de Campamento.

                   Estos dos sueños podrían ser perfectamente dos historias para contar en una noche sin luna, alrededor de un fuego de campamento. Son dos pesadillas que tuve hace unos meses, mientras estaba convaleciente.

             El primer sueño comenzaba en una habitación oscura; no había detalles. No recuerdo en este primer momento nada más que puertas que se habrían y se cerraban, mientras yo indagaba por aquella enorme habitación. En ese abrir y cerrar puertas aparecían personas conocidas, aunque no identifiqué a ninguna en concreto. Esta escena se transformó rápidamente; todo se oscureció más, y ví como derrepente surgían una serie de bestias enormes que perseguían a todas aquellas personas.





                      Todos huían angustiosamente para evitar ser alacanzadas por aquellas bestias, mientras las puertas se cerraban tras pasar las bestias que perseguian a cada uno de aquellos pobres hombres. En ese momento de angustia y confusión, desperté.




         El segundo sueño sucedió en la noche siguiente, y comenzó fuera de un gran edificio. Yo estaba junto a él, al igual que otras personas, y vi a lo lejos una verja en la que había otra serie de hombres cerca de ella. De repente aparecieron dos figuras siniestras. La que estaba más próxima se adelantó a la otra y

se encaramó a dicha verja, y los hombres dispararon contra ella, pero ésta, llena de furia, se precipitó sobre ellos, y fue destrozándolos uno a uno, hasta que ya próxima a mí, fue abatida.
         Seguidamente la segunda bestia también cruzo la verja; era una vestia mucho mayor y más siniestra que la anterior, y arremetió contra los hombres que habían resistido a la primera.



          Al ver su fuerza y la imposibilidad de luchar contra ella, sentí miedo y me retiré de la zona, quedando fuera de su vista, tras una esquina del edificio, el cual me pareció en ese momento un hotel, que me recordó al lugar en donde había vivido los sucesos del sueño del día anterior (como si huebiera ocurrido en la realidad).
         Lleno de temor, y en vez de meterme en el hotel, ya que sabía lo que iva a suceder, me separé del edificio y me fui por un pequeño camino, el cual rápidamente se convirtió en un riachuelo que discurría entre dos hileras de árboles.




               El riachuelo fue haciéndose cada vez más grande, hasta que fue lo suficientemente grande como para sumergirme, y dejarme llevar por la corriente para ocultarme de la bestia.



         Mientras esto sucedía, yo veía de alguna manera como la bestia recorría los alrededores del hotel e iba devorando a todos aquellos que encontraba a su paso, hasta que sentí que me olfateaba,



 
  pero en aquel momento me sumergí en el riachuelo de limpias aguas, cambió de dirección, y se introdujo en el hotel.


  Los últimos segundos del sueño fueron un duermevela en los que iba siendo cada vez más consciente que era un sueño, y yo buscaba una salida a una situación tan angustiosa.

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